domingo, 3 de junio de 2012

EL HOMBRE CON DOS CARAS



Se llamaba Edward Mordrake y nació en el siglo XIX en Inglaterra. De él cuentan que era atractivo, inteligente, con talento para la música y los estudios. Además nació en el seno de una familia adinerada, por lo que su vida habría podido resultar bastante cómoda de no ser por la cara extra que tenía incrustada en su cabeza, justo detrás de la suya.


Hay varias versiones, algunas de las cuales indican que la cara extra correspondía a una bella pero diabólica joven. Estas versiones no son válidas ya que al tratarse de un caso de “gemelo parásito”, tuvo que tratarse a la fuerza del rostro de un varón.


La cara adicional que poseía Edward lloraba y reía pero no hablaba, aunque dicen que era capaz de producir siseos. Cuentan que estaba dotada de una expresión maligna y que seguía con la mirada todo lo que se movía a su alrededor.


La vida de Edward se convirtió en una pesadilla; afirmaba que su otra cara durante la noche le susurraba al oído “cosas tan horribles que sólo se oyen en el infierno”. Hubo quien afirmaba que se había visto reír a la cruel cara mientras Edward lloraba.


Mordrake achacaba su desgracia a algún pecado cometido por un alguno de sus antepasados, por lo que se aisló completamente del mundo y se negaba a recibir visitas, ni siquiera quería ver a su familia. Pidió a sus médicos que le quitaran esa horrible cara aunque eso le costase la vida, pero no se atrevieron a practicarle la operación. Finalmente acabó suicidándose a la edad de 23 años, dejando una nota en la que pedía que su otro rostro fuese destruido para que no siguiera atormentándole en la tumba. También quiso ser enterrado en el campo, fuera del cementerio, y que no quedase constancia del lugar donde estaría su tumba.

1 comentario:

  1. Pobrecito.¡Qué historia más triste!Debió de ser una pesadilla para él ,tener aquella cara detrás.
    Qué descanse en paz.

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