La autoestima es uno de los mayores bienes a nivel emocional ya que te hace ser consciente de tu verdadero valor. Y eso a su vez, repercute de forma igualmente positiva en tus relaciones personales. En la medida en que tú te quieres a ti mismo también te consideras una persona interesante que puede aportar cosas buenas a los demás. De hecho, te muestras más abierto a la hora de hacer nuevas amistades porque tu propia autoestima también se nutre gracias al cariño que recibes de los demás.
El exceso de autoestima procede en más de una ocasión de que una persona ha aprendido a valorar sus méritos de forma adecuada en vez de fijarse en sus carencias y en sus fracasos. Por otra parte, también puede pasar que tras superar una temporada de grandes obstáculos, alguien pueda descubrir todo su potencial y ponerlo en práctica el resto de su vida. Del mismo modo, las relaciones interpersonales son más importantes de lo que parece a simple vista, por ello, una persona con un grado de autoestima alto seguro que también tiene un entorno de personas cercano que le ayudan a vivir en contacto con el optimismo.
Es importante que al menos en tu entorno más cercano puedas contar al cien por cien aunque sea con tres o cuatro personas de tu total confianza. Existe un término que no es del todo adecuado y es el de mejor amigo. La realidad es que cuando empiezas a entender la amistad de la forma adecuada te das cuenta de que valorando a cada ser humano de forma individual descubres que cada persona te aporta algo positivo.
Pero especialmente, la buena autoestima nace de uno mismo, de la capacidad de querer aprender a vivir mejor asumiendo que ese reto es un trabajo propio que implica esfuerzo, y a veces, también dolor.
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