Existe un deseo humano que vive en el corazón: el deseo de ser inmortal, de poder ir más allá del tiempo, de querer existir siempre… Esto es lo que algunos filósofos han denominado como la vocación de eternidad que existe en el alma humana. ¿Qué significado tiene el deseo de ser inmortal.
Para algunos pensadores como Tomás de Aquino o San Anselmo, dicha llamada a la eternidad es lo que justifica en parte la existencia de Dios. Sin embargo, sin caer en el plano de la teología, Unamuno también expresó el sentimiento trágico de la vida. Es decir, la oposición que existe entre ese deseo de trascender la temporalidad y la simple realidad humana de una vida caduca con principio y final.
El deseo de ser inmortal ha quedado reflejado incluso en películas del cine y también, en la literatura. Es decir, ha servido como punto de inspiración para crear arte. En algunos casos, de hecho, existen personas que tienen la capacidad de trascender la historia gracias a la huella que han dejado con su trabajo. Escritores o pintores son un buen ejemplo de este punto.
El deseo de ser inmortal, cuando se medita en profundidad puede causar un gran sufrimiento a todos aquellos que no pueden aceptar de una forma consciente su realidad caduca. El paso de los años es un hecho y el envejecimiento, también. Por ello, conviene aprender a vivir el presente, entendiendo que es precisamente el límite de tiempo, lo que otorga un valor mayúsculo a cada instante que compartimos con aquellos que queremos. Por ello, conviene pensar más en la vida que en la muerte, sencillamente, porque la primera depende de ti. Es decir, puedes decidir dónde te gustaría llegar, qué objetivos te gustaría cumplir y qué sueños quieres realizar. Lo más importante es que tú encuentres un sentido a tu destino.
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