Richard y Vivían, reunidos al fin
Richard Lorenc, de 33 años y domiciliado en Kansas (EE.UU.) sabía que no era hijo natural de aquellos que decían ser sus padres. Así que se puso a investigar para, al menos, conocer la identidad de su madre.
Fotografía de juventud de Vivian Wheeler
Se puso manos a la obra y contactó con el servicio social de Kansas. Seis semanas después Richard recibía una carta en la que se le informaba de que el departamento pertinente había dado con su madre biológica: se llamaba Vivían Wheeler y tenía 62 años.
Otras páginas del informe mencionaban, casi a modo de advertencia, que los abuelos de Richard tenían hipertricosis (conocido como el “síndrome del hombre lobo”) y que Vivían había nacido con la mitad de sus hormonas correspondientes al sexo masculino y tenía un abundante vello facial.
Lorenc pensó que si querían disuadirle lo llevaban claro. Encontraría a Vivían pasara lo que pasara, que para algo era su madre.
Tirando del hilo se enteró de que Vivían, despreciada por los demás, sólo encontró trabajo en un circo de freaks haciendo de mujer barbuda. Durante esa época tuvo una relación con un trabajador del circo de la que nació Richard. Sin embargo, pensando en la vida que esperaba al pobre chaval, decidió darlo en adopción.
Como podéis ver en la foto que acompaña a este texto, a día de hoy madre e hijo ya se han encontrado. Y parecen muy felices.
Nosotros nos alegramos. Una pena que, por lo que pensase la gente de unos pelos, madre e hijo hayan tardado tanto tiempo en reunirse.
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