Entre tantos regalos que exigen y reciben los niños quizá les falta el que más falta les haría: el del ejemplo y el aprendizaje de la quietud, la calma y la paciencia.
Antonio Muñoz Molina
Un padre estaba con sus hijos visitando un museo. Los niños se quedaron parados admirando uno de los cuadros. El padre les dijo:
-¡Deprisa, deprisa, que si os paráis a mirar cada cosa no vamos a ver nada!
Este es un breve ejemplo de un tipo de incoherencia que los adultos traspasamos a los niños. Hacemos todo lo posible para no perder tiempo y ahorrarlo y, cuando lo hemos logrado, resulta que lo "matamos" porque no sabemos que hacer con él.
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