Mi abuela tenía una teoría muy interesante, decía que si bien
todos nacemos con una caja de cerillas en nuestro interior, no las podemos encender solos, necesitamos oxígeno y la ayuda de una vela. Sólo en este caso oxígeno tiene que provenir, por ejemplo de la persona amada; la vela puede ser cualquier tipo de alimento, música, caricia, palabra o sonido que haga disparar el detonador y así encender una de las cerillas. por un momento, nos sentimos deslumbrados por una intensa emoción.
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