Detrás de toda experiencia estás Tú. Detrás de toda alegría y toda tristeza estás Tú. Detrás de toda salud y toda enfermedad estás Tú. Tú no eres ni la experiencia, ni la alegría, ni la tristeza, ni la salud, ni la enfermedad. Todo esto son modificaciones que ocurren en el espacio de la mente, donde Tú, la Conciencia, presencias y das vida a todo.
Tu único delito consiste en haberte olvidado de ti mismo. Un simple despiste ocasiona todo el devenir del mundo y eres sacudido como un barquichuelo a la deriva. Todos los puntos de una rueda giran alrededor del centro de la misma que se mantiene impasible. Recupera tu centro; recuerda todas las veces que puedas quién es el que presencia la vida, y en algún momento, espontáneamente, pasaras del recuerdo a la experiencia del presenciador. Ese es el principio de la Revolución.
Es simple, no es obligado, te pertenece por naturaleza, abandona el esfuerzo, mira desde el mirar donde nada es juzgado. Siente desde el sentir donde nada es interpretado. Confía en mayúsculas, es un acto supremo de nobleza. Nada arreglarás con el pensamiento, está muerto, es eco del pasado. Deja que tu piel se erice al percibir lo que realmente eres. No está en la cabeza, está en todo tu Ser.
Confía en ti de una vez por todas, lo sabes, lo has sabido siempre, por eso buscas, por falta de amor hacia ti mismo. Nada de valor te fue arrebatado, lo intuyes, lo sientes. Tu grandeza está en ser quien realmente eres, tu error está en ignorarlo. Quédate sin palabras, ¿qué crees que puedes perder? Trabaja para corregir el vicio de juzgarlo todo inconscientemente, te darás cuenta que no lo necesitas, que es el velo que cubre tus ojos.
Caído el velo, todas las respuestas que crees estar buscando son respondidas en un solo instante, es el acto de belleza más sublime que puedas vivir. Y está ahí, y está aquí, tan cerca que no lo veo.Deja de resistirte, no temas, eres Tú.
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