Hoy camino a casa de nuevo sentí que alguien me seguía, pero no supe quien era, seguí caminando y aquella compañía perseguía mis pasos, volteé a ver quién era y no había nadie, pero no era extraña aquella presencia, pues desde la infancia me perseguía.
Había llegado a casa y aun sentía su presencia, de repente se asomo por la ventana, y alumbro sobre mí rostro, creo que quería decirme algo. ¡Ahora recuerdo!, cuando corría junto a ella, alumbraba mi camino, anunciando las sobras en la oscuridad, pues ella aparecía cuando la estrella gigante se desvanecía, además ella tomaba diferentes formas, pero me gustaba cuando traía siempre en su regazo una hermoso conejo blanco que ella me dejaba acariciar.
Ella era mi amiga la luna, que se ha asomado a mi ventana desde hace mucho tiempo, y yo no la había contemplado. Hoy que me ha perseguido, simplemente me hizo recordar aquellos tiempos pasados que no volverán.
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