Dentro del diccionario existen palabras que son muy peligrosas en relación con el pensamiento negativo. Por ejemplo, frases que empiezan por siempre o nunca, términos que son absolutos y no dejan ninguna puerta abierta a la excepción. Sin embargo, conviene aprender a entender que el nunca es relativo porque la vida te sorprende en el momento más inesperado, porque siempre hay tiempo y porque aunque a veces, no entendamos la razón lógica de los acontecimientos, ahí reside la magia de la propia vida.
Nunca es tarde para enamorarte de verdad incluso cuando ya has perdido la esperanza en volver a sentir algo especial por otra persona, tampoco es tarde para lograr un empleo relacionado con tu vocación, ni existe una norma que diga cómo se debe vivir a partir de cierta edad. No es cierto que para los treinta años tengas que estar casado y con hijos. Para empezar, porque no todas las personas buscan ese objetivo, y por otro lado, porque cada uno tiene su momento y hay quien prefiere pensarse mucho más dar ese paso, teniendo en cuenta que es algo tan importante.
Nunca es tarde para volver a estudiar aquello que siempre quisiste hacer. No es tarde para apostar por la amistad, para dar tu confianza a alguien que tienes a tu alrededor. Si quieres apostar por la amistad, entonces te invito a que hagas la prueba de confiar en una persona nueva de tu entorno a la que no hace mucho tiempo que conoces. Intenta abrir tu mente hacia otra perspectiva diferente y salir de la comodidad de lo conocido para centrarte en otras personas.
Coge un folio y un papel y escribe una lista con aquellos mensajes que te gustaría darte a ti mismo. Yo creo que hay uno que deberíamos decirnos todos los días: “Nunca es tarde para aprender a vivir de verdad”. “Nunca es tarde para empezar de cero y sentir la magia de la novedad no sólo en el ámbito profesional sino también en el personal“.
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