Por ser honesto se paga un precio, es decir, aquel que vive siendo coherente con sus propios valores y que vive desde la autenticidad, también tiene que hacer frente a obstáculos, situaciones dolorosas y pérdidas. Pero está claro que este proceso se hace más llevadero en tanto que uno mismo no pierde el equilibrio interior. ¿Cuál es el precio de la honestidad en los tiempos modernos?
En primer lugar, puede que te sientas diferente a los demás, que te cueste encontrar personas que no se dejan llevar por el poder del grupo. En definitiva, en ocasiones, puedes sentirte solo al no tener gente cerca con la que te identificas en modo de ser. En otros casos, las personas honestas también son aquellas que dicen lo que piensan, muestran sus puntos de vista y su modo de ver las cosas. Tal sinceridad no siempre es bien recibida como habrás podido comprobar en el ámbito personal o en el trabajo.
Existen personas que prefieren las relaciones superficiales porque allí, se sienten cómodas. Pero en cambio, cuando se encuentran con alguien que es honesto se dan cuenta de que mantener una amistad con una persona de estas características implica mayor dedicación, tiempo y esfuerzo. Muchas personas viven su espacio de ocio y sus relaciones sociales desde la frase: “No tengo tiempo”.
Es verdad que ser honesto supone un precio, sin embargo, es mucho más aquello que se gana que aquello que se pierde en apariencia. Además, porque es mejor perder algo que no merece la pena tener. En cambio, en la vida, nadie debería renunciar a la posibilidad de aportar algo bueno a los demás, de dejar su propia huella en el mundo y de querer ser mejor cada día. ¿Cuál crees tú que es el precio de la honestidad y la coherencia?
No hay comentarios:
Publicar un comentario