- Cambia tu postura: Nuestro estado de ánimo influye en nuestra postura y viceversa. Cuando estamos abrumados, asustados o deprimidos nuestros músculos faciales se tensan, echamos los hombros hacia adelante, hundimos la cabeza y caminamos bajo el peso de las preocupaciones. Cuando nos demos cuenta de ello, debemos erguir la espalda y echar los hombros hacia atrás, manteniendo recta la cabeza. Esta postura, inmediatamente, nos hará sentirnos más fuertes y seguros de nosotros mismos.
Cambia también el rictus rígido de tu rostro por una sonrisa, y el mero hecho de sonreír te hará sentirte mejor y más positivo.
- Ríete: La risa reduce el estrés, eleva el estado de ánimo y además mejora tus defensas y tu sistema inmunitario. Por ello es importante que rías todos los días, da igual que sea con una película, un libro o cuando charlas con amigos.
- Cuida tus amistades: Los amigos nos ayudan a no sentirnos solos y a superar los momentos difíciles. Cuida los detalles que componen la amistad y trata de entenderlos sin intentar cambiarlos.
- Perdona: Mantener el odio y el resentimiento hacia quienes te han hecho daño te impedirá ser feliz, porque ambos sentimientos te acompañarán en todo lo que hagas. Cuando perdonas, te liberas de esos sentimientos y dejas ir el pasado que te ha estado pesando tanto tiempo.
- Redefine tus metas: De ese modo, la ilusión se instalará de nuevo en tu vida, y será más fácil reencontrar la motivación para seguir adelante.
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