jueves, 5 de julio de 2012

QUÉ HACER TRAS UN MAL DÍA



Un mal día lo tiene cualquiera, seguro que habrás escuchado esa frase en más de una ocasión. Pero a veces, también puede suceder que acumules una cadena interminable de días difíciles a tus espaldas que te hacen sentir mal contigo mismo, cansado y agotado psicológicamente. El cansancio, en especial, nos hace perder la ilusión por cosas que de entrada nos motivan. Pues bien, tras un mal día lo primero que debes saber es que puedes poner de tu parte para mitigar las secuelas emocionales que produce la tristeza.

Por ejemplo, al llegar la noche, y a pesar de todo aquello que te hizo sufrir, conviene que hagas una reflexión en la que te centres en todo aquello que tuviste a lo largo del día y que es positivo. Se trata de poner la atención en las cosas buenas más allá de la subjetividad que a veces, sólo nos hace ver el vaso medio vacío.

Por otra parte, tras un día duro, intenta darte un placer a ti mismo. Disfruta con esa comida que tanto te gusta, date un baño relajante, escucha la música de tu cantante favorito, habla por teléfono con tu mejor amigo, descansa frente a la televisión viendo tu programa preferido… Tú te conoces mejor que nadie así que tú podrás saber qué es lo que de verdad te hace feliz. Tomás de Aquino ya explicó en su tiempo que toda tristeza disminuye como consecuencia del placer.

Además, tras un día difícil también es muy importante que descanses y pienses sencillamente, que mañana será otro día y todo tendrá un nuevo color. Dormir bien te ayuda más de lo que piensas para estar bien contigo mismo. Además, date mensajes positivos a través del pensamiento. Intenta pensar que más allá de que algo haya salido mal, tú por lo menos lo has intentado.

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