martes, 15 de mayo de 2012

MIRA



Tus ojos y tu rostro momificado ya no expresan dulzura sino inconformidad.


Tus senos perdieron su suavidad y ahora solo son instrumentos de exhibición.

¿Qué te has hecho? ¿De qué vale estirarse la piel si el alma está arrugada?

Descúbrete, explora dentro de ti...

Comprenderás que las arrugas son pruebas de tus risas y tus enojos.

Las canas serán la evidencia de los años, la transformación de la oscuridada la luz.

Tus senos los instrumentos suaves que amamantaron vida, emociones y locuras.

Tus manos llenas de líneas y marcas que ninguna gitana podría descifrar...

Acéptate, ámate tal cual eres y agradecerás lo que ves por fuera. Entenderás que el cuerpo es temporal y hay tan poco tiempo para liberarnos, para saber quienes somos en realidad.

Perdemos el tiempo decorando el cofre, pero la joya sigue llena de lodo, sumergida en una mentira. Siendo lo que no es. Cada vez que te identificas con lo de afuera tendrás que hacer modificaciones. Lo de adentro solo tienes que pulirlo, ya nació puro y perfecto.

El cuerpo es el cofre que resguarda esa joya, es su templo sagrado. Como tal es importante cuidarlo, es un vehículo, un regalo... pero no lo es todo. Un día ya no estará aquí. ¿Y tu joya, donde quedará? ¿qué habrás cultivado durante tu vida? ¿a qué le diste más importancia? Solo tu decides... solo tu eres el responsable... nadie te juzga, nadie te señala... eres tu la víctima o el victimario, el liberado o el libertador... solo tu.

Estira la arruga más grande, la que más te duele, la que no te deja vivir en paz, en armonía y amor... la que solo se estira si tu la abres, si tu deseas...

Estira la arruga del alma. ¡Que esa joya que eres irradie por fuera del cofre toda su belleza!

¡No habrá cofre que pueda contenerte pues eres más, mucho más!

No hay comentarios:

Publicar un comentario