lunes, 21 de mayo de 2012

EL PODER Y LOS BENEFICIOS DE LA MANZANA


      ¿Qué podemos decir de esta riquísima fruta? Mucho y bueno.


      En primer lugar, diremos que su atrayente aspecto invita a todo el mundo a comerla. Luego, es fácil hablar de sus cualidades. La manzana no perjudica jamás, abre el apetito, ayuda siempre, alivia dolores, combate ventosidades, produce sangre sana, purifica, vivifica y cura. Su agradable aroma, su bello color, su suave efecto en el estómago, su atrayente aspecto que despierta el apetito, y muchas otras excelentes propiedades
      que tiene desde el Paraíso, la convierten en  reino de las frutas. Para nuestros antepasados fue la manzana un alimento saludable y fortificante al mismo tiempo.

      Los campesinos, en lugar de mucha carne, comían abundante cantidad de manzanas. No convertían las manzanas en sidra, corno se hace hoy en los países donde esta fruta
      abunda, sino que sabían guardar y conservar las manzanas durante largo tiempo, para consumirlas después en estado natural. Si se le dice a un gran consumidor de carne que las manzanas dan fuerza y vigor, se burlará de tal afirmación. Tal vez llegue a admitir que la manzana tiene ciertas virtudes medicamentosas, pero lo que no admitirá, seguro, es el hecho de que la manzana sea un alimento fortificante.
      Esta es la reacción de las personas que no tienen ni idea de los factores naturales de curación y nada saben de las maravillas que la Naturaleza brinda.

      La ciencia moderna se ha ocupado del estudio de la manzana y de sus maravillosas propiedades. El que de un modo especial hizo conocer a la Humanidad el gran valor nutritivo y curativo de la manzana fue el
      doctor M. Bírcher Benner, verdadera eminencia en bromatología (ciencia que estudia las propiedades nutritivas y curativas de los alimentos). Se han hecho famosos sus planes de alimentación y, sobre todo, su dieta de manzanas. Se recomienda comerlas enteras, sin pelar- y sin irritarles el corazón.

      Sólo así constituyen una comida completa y contienen todo el poder nutritivo, vivificante y curativo. Esto vale también para todas las frutas, verduras, cereales, etc., cuya cáscara sea comestible. Pero las frutas, y por tanto las manzanas, deben lavarse bien antes de comerlas, pues aparte de que la recolección, el almacenamiento y el transporte, siempre las ensucian algo, algunos vendedores les aplican un producto extraño para darles un bonito brillo.

      Cómo puede realizarse una cura de manzanas.
      Es muy sencillo: durante algún tiempo no se come otra cosa que una buena cantidad de manzanas frescas y de la mejor calidad que pueda hallarse, a la hora de cada comida, comiendo tantas como se quiera. Además, entre las comidas, se bebe cada hora zumo de manzanas (de 3 a 7 cucharadas). El zumo debe ser acabado de exprimir; jamás fermentado.
      De esta manera puede realizarse una cura de 10, 15, 20, 25, 30, 40  días. Cuanto más prolongada, más efectiva resulta la cura. Cada cual debe juzgar por si mismo la conveniencia de la mayor o menor duración de la cura.

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