Si la base no se coloca bien, todo lo que se construya encima va a peligrar.
Si el inicio está bien fundamentado, lo que siga tendrá muchas posibilidades de colocarse bien.
Si el inicio está bien colocado y continuamos construyendo con perseverancia, responsabilidad y sobre todo con mucho cariño, el edificio será equilibrado, sólido y seguro.
El resultado final será excelente.
Si la base no se ha colocado bien, deberemos hacer reformas estructurales en el edificio y no limitarnos a un cambio en la decoración de las paredes.
Os proponemos un viaje de reflexión y autoconocimiento durante el cual podéis detectar algunos puntos de mejora personal que repercutirán en una mejor calidad de la relación con vuestros padres o hijos. Se inicia planteando la diferencia entre tener un hijo y "educar un hijo" y con la afirmación de que si queremos amor en esta relación deberemos construirlo día a día: no todos los padres aman bien a sus hijos ni todos los hijos aman bien a sus padres. ¿queremos relaciones que aten o que vinculen amorosamente? ¿Muros o puentes? Según utilicemos los miedos, las expectativas, los valores, la sobreprotección o la desidia, el respeto y la dignidad o los chantajes emocionales obtendremos unos resultados u otros.
Daremos una especial importancia a los límites necesarios para crecer bien y protagonismo a la comunicación, diferenciando las palabras-semillas de las palabras-dardo.
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