Modelando y modelando nos quedamos sin arbusto. Este relato de Bertolt Brecht nos hace pensar en la importancia de no perder de vista la esencia de lo que es cada persona. A veces, centrándonos en las formas, nos podemos quedar sin contenido.
En cierta ocasión, un jardinero con el que trabajaba, medio una podadora con el encargo de que recortase un arbusto de laurel. El arbusto estaba plantado en macetón y se empleaba en las fiestas como elemento decorativo. Había que darle forma esférica. Comencé por podar las ramas mas largas, mas por mucho que me esforzaba en darle la forma apetecida, no conseguía en los cortes por un lado, otra vez por el lado opuesto. Cuando por fin obtuve una esfera, resulto demasiado pequeña.
El jardinero me comento decepcionado:
-Muy bien, la esfera ya la veo, pero ¿donde esta el laurel?
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