sábado, 8 de febrero de 2014

LA MIRADA DEL AMOR





El rey estaba enamorado de Sabrina: una mujer de baja condición a la que el 
rey había hecho su última esposa. 
Una tarde, mientras el rey estaba de cacería, llegó un mensajero para avisar 
que la madre de Sabina estaba enferma. Pese a que existía la prohibición de 
usar el carruaje personal del rey (falta que era pagada con la cabeza), Sabrina 
subió al carruaje y corrió junto a su madre. 
A su regreso, el rey fue informado de la situación. 
-¿No es maravillosa?-dijo-Esto es verdaderamente amor filial. No le importó su 
vida para cuidar a su madre!! Es maravillosa! Cierto día, mientras Sabrina estaba sentada en el jardín del palacio comiendo 
fruta, llegó el rey. La princesa lo saludó y luego le dio un mordisco al último 
durazno que quedaba en la canasta. 
-¡Parecen ricos!-dijo el rey. 
-Lo son- dijo la princesa y alargando la mano le cedió a su amado el último 
durazno. 
-¡Cuánto me ama!-comentó después el rey-, Renunció a su propio placer, para 
darme el último durazno de la canasta.¿no es fantástica? 
Pasaron algunos años y vaya a saber por qué, el amor y la pasión 
desaparecieron del corazón del rey. 
Sentado con su amigo más confidente, le decía: 
-Nunca se portó como una reina…¿acaso no desafió mi investidura usando mi 
carruaje? Es más, recuerdo que un día me dio a comer una fruta mordida.

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