jueves, 27 de febrero de 2014

EL MAESTRO PERFECTO



Cuentan que cierto hombre decidió que tenía que buscar al maestro perfecto. Leyó muchos libros, visitó sabio tras sabio, escuchó, conversó y observó sus prácticas espirituales, pero siempre acababa dudando o sin estar seguro.

Transcurieron viente años hasta que encontró a un hombre del que cada palabra y cada acción correspondía a su idea del hombre totalmente realizado.
El viajero no perdió el tiempo.
- Tú – le dijo – me parece el maestro perfecto.
- Si lo eres, mi búsqueda ha terminado.
- Así es, se me describe con este nombre – replicó el maestro.
- Entonces, te ruego que me aceptes como discípulo tuyo.
- No puedo hacer eso – contestó el maestro – porque mientras que desees el maestro perfecto, él, a su vez, requiere sólo aquel que es el discípulo perfecto.

Maestro: no hace falta buscar al maestro perfecto, nuestros maestros se encuentran por todos los lados. La gran sabiduría consiste en ser capaz de escuchar las enseñanzas de cada día y en saber vivir el aquí y ahora.

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