Intentamos buscar la felicidad en cada cosa que nos rodea, especialmente en los momentos agradables de nuestra existencia. Vemos en ellas, un motivo para llegar a dicha felicidad. Disfrutamos un amanecer, unas horas, un tiempo, un anochecer anhelando el día siguiente. Conocemos personas, comportamientos diversos y estilos.
A lo largo del camino, nos damos cuenta de que todos tenemos algo en común; todos perseguimos un porqué y un anhelar la felicidad completa. Sin embargo, cada paso que damos, cada momento que disfrutamos, cada cosa que compartimos, nos lleva a algo más que un simple sentimiento de alegría momentánea; nos lleva a la sabiduría.
Somos sabios cuando aprendemos de todo lo que realizamos, nos haya salido bien o mal. Somos sabios cuando en lugar de quejarnos por nuestras desgracias, sacamos provecho de ellas y aprendemos a no caer nuevamente en los mismos errores. Somos sabios cuando a través de la vida, que tan corta es, nos damos la oportunidad de realmente vivir...
De ahora en adelante, en lugar de anhelar felicidad, anhelemos sabiduría, porque ella es la clave para poder llegar. Te invito a la reflexión!
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