Hay unos 40 monumentos, entre castillos, torres y fortalezas, en la comunidad de La Rioja, todos ellos de interés y todos ellos fuente inagotable de historias y leyendas.
El castillo de Clavijo es uno de los más famosos por varias razones. La primera es que indudablemente es una fortificación imponente. Situada en lo alto de un roquedo casi cortado a pico por una de sus caras, dominaba todo el terreno circundante y la hacía prácticamente inaccesible. La construcción es de forma alargada, adaptada a la roca sobre la que se asienta y con la que –al paso de los años- parece haberse mimetizado.
Sufrió modificaciones a lo largo de los siglos, además estuvo ocupada tanto por moros como por cristianos. Su origen árabe se data en el siglo X y la estructura original es de estilo andalusí, aunque posteriormente se amplió su estructura defensiva con almenas, una muralla almenada que protegía la población y la torre principal del Homenaje, hoy muy deteriorada, que contaba con una estructura independiente a la del castillo.
Estratégicamente, su función era la vigilancia y protección del paso del río Leza. La primera mención al castillo en “nuestra” Historia es del año 960. En él hubo encarcelados ilustres, perteneció a varios reyes, fue regalo de boda, monasterio…. Y además ha ejercido durante siglos la misión de vigilante fronterizo y reclamado sucesivamente por los reyes de Navarra o por los reyes de Castilla o Asturias según la época. En 1931 es declarado Monumento Nacional y donado a la Diputación de Logroño para su cuidado y conservación.
Pero el Castillo de Clavijo es famoso por su protagonismo en una macroleyenda.
Cuentan que a sus pies, en el llamado Campo de la Matanza, se disputó una de las batallas más famosas de la Reconquista y a la que da nombre: La Batalla de Clavijo, el 23 de Mayo de 844, según el Arzobispo Jiménez de Rada, Arzobispo de Osma y de Toledo. Batalla disputada entre las tropas de Ramiro I, refugiadas en el castillo y las de Abderramán II que lo rodeaba con un numeroso ejército. Ésa es la primera leyenda, pues esa batalla nunca tuvo lugar.
Pero aún hay una leyenda dentro de la leyenda: se cuenta que Ramiro I tuvo un sueño la noche anterior a la batalla, en el que se le aparecía el Apóstol Santiago, asegurándole que él guiaría las tropas a la victoria y al día siguiente, el ejército del rey cristiano comandado por el Apóstol sobre un resplandeciente corcel (como Gandalf pero en blanco) vencieron a la horda infiel. Esta leyenda es la causa de que el Apóstol se convirtiera en símbolo del combate contra el Islam y de que desde entonces pasara a la posteridad como “Santiago Matamoros”.
Y una tercera leyenda dentro de las anteriores: el supuesto motivo de la batalla no tuvo nada que ver con la reconquista sino con el llamado “Tributo de las 100 Doncellas”, que los cristianos debían pagar a los emires árabes para mantener la paz. 100 jóvenes vírgenes, 50 de sangre noble para concubinas y otras 50 plebeyas para el disfrute de ejércitos y criados que debían ser entregadas por Ramiro I y que éste se negó a pagar.
Y es que cuando hay mujeres de por medio…..
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