Una tarde de este invierno con mi madre y mi hermana estaba. Año 2010, me dijo que escribiera algo para el día de La Mujer Trabajadora y que lo presentara en el centro cultural, la verdad que lo escribí pero no lo presente.
Escribir de una mujer, no es tarea fácil
y más estando inmersa en él.
Desde lo más hondo de mi corazón
y muy orgullosa de ser mujer, creo que muchos privilegios nos dio Dios.
El principal para mi fue ser madre,
sentir que dentro de mí , se iniciaba una vida
traerlo al mundo, que tarea fácil no es,
pero muy gratificante.
Una mujer es capaz de hacer varias cosas a la vez,
hacerlas bien y no pedir nada a cambio.
Trabaja fuera, lleva su casa, cuida de sus hijos
con todo lo que eso conlleva. Y sonríe, escucha,
juega, ayuda, apacigua tormentas, lucha, sufre,
consuela, anima...................
.
Una mujer es una máquina perfecta,
con un corazón enorme, con sentimientos que afloran
emociones inmensas, con un sexto sentido y mucho Amor.
Para todo esto, UNA MUJER necesita ser valorada y querida,
por todas esas personas que tiene a su alrededor,
que gracias a ella tienen una vida fácil, cómoda, tranquila,
con sus necesidades cubiertas.
Pero ella no es la chacha, la criada, la sirvienta, no tiene porque llevar toda la carga, ella necesita sus espacios, sus tiempos, sus cargas de energía.
Parece ser que escribo de la mujer de otros tiempos,,,,,,,,,,
pero no es así, la mujer sigue trabajando de esta forma, con muy poco descanso y si alguna de ellas lo tiene, es porque ha levantado la voz y ha dicho:¡ AQUÍ ESTOY YO!
Son mujeres de mi generación por supuesto,
las de ahora llevan las cosas mucho mejor,
¡ Olé por ellas! Me alegro un montón.
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